En varias ocasiones nos han dicho que las primeras veces nunca se olvidan, que marcan.
A ellas puedes recordarles como las mejores o las no tan buenas veces.
Si las vives solo(a) o acompañado(a) asegúrate que quienes estén a tu lado te aporten y te motiven a enfrentar esos retos que te asustan.
De las segundas nos han dicho siempre que de ellas no se pierde nada y que la frustración más grande es dejar de intentarlo, tú verás si lo intentas o no, porque nadie volverá a ti para contarte lo que vivió, cada uno lleva su propio proceso, no te limites.
¿Y las terceras? Dicen ser las vencidas, si lo son o no, es tu decisión. Al llegar a ellas ya no es momento de cuestionarlo todo, la tranquilidad prevalece y los aprendizajes han sido muchos. Si llegas a ellas asegúrate de ese momento de plenitud que vas a vivir desde allí.
Ante los acontecimientos no dejes de vivirlos para contarlos, ¿Que asustan? Sí. ¿Que te lo cuente otro? ¿Para qué? cuando tú puedes hacerlo. Los «tú puedes» te los dicen muchas personas, créelo, es lo más complicado.
De vivir no pares, sigue recorriendo etapas. Repite las veces que sea necesario, es tu proceso. Y es mejor vivir para contarlo, que vivir para que te lo cuenten.
De las vivencias, recuerda que las veces son solo números y que los aprendizajes son infinitos y que por más que quieras las cosas no suceden dos veces de la misma manera, por ello no te prives de las primeras veces, las segundas de las primeras nunca serán iguales.
Bien dicen por ahí no hay primeras malas, segundas tampoco, las terceras valen la pena y dicen que son las vencidas.
No es darle oportunidades a otros, es dártelas ti mismo para cumplirte y quedar con la satisfacción del bien vivido.
Con cariño Jules.
Ph: Carolineredhead